Recientemente acaba de salir publicada la relación de aspirantes que han aprobado la fase final de oposición de las pruebas selectivas para ingreso, por el sistema general de acceso libre, en el Cuerpo de Ingenieros Agrónomos del Estado.
Lo que empezó como un reto para dos alumnos de la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias, ha tenido un final feliz. Blanca Ojosnegros Gozalo y Daniel Rojo Díez han obtenido la primera y la sexta plaza en la lista recientemente publicada en el BOE. Por este motivo la ETSIIAA y todos los que pertenecemos a ella también estamos de enhorabuena participando de su alegría y satisfacción.
Pero seguramente nada se hubiera conseguido sin la ayuda de sus preparadores a las oposiciones, los también antiguos alumnos Pablo Hernández Marcos, Miguel Fisac Ramón y Alba Pinedo Belinchón que han conseguido un éxito rotundo con un porcentaje de aprobados total.
Pablo tiene 37 años y es natural de Valladolid, aunque creció en Villanueva de los Infantes, un pequeño pueblo del Valle Esgueva. Desde pequeño tenía claro que quería estudiar algo relacionado con la naturaleza y se vino a Palencia, a la antigua titulación de Ingeniería Técnica Agrícola (hoy Grado en Ingeniería Agrícola y del Medio Rural). Posteriormente al terminar decidió proseguir estudiando el segundo ciclo de Ingeniero Agrónomo (actualmente Máster en Ingeniería Agronómica). Hoy en día desempeña su labor profesional como Jefe de Sección Provincial en el Cuerpo Técnico del Área de Agricultura de la Delegación del Gobierno en Castilla y León.
Pablo valora de la escuela el ambiente en las aulas, el grupo de amigos que se creó entre los compañeros de estudios y la conexión tan fuerte que existe entre la capital Palencia y el mundo rural. Cuando terminó sus estudios compatibilizó trabajos temporales en azucareras y bodegas, incluso, decidió montar su propia empresa de asesoramiento agrario que funcionó bien. Un día alguien le puso delante el BOE de las oposiciones y no se lo pensó “porque el temario estaba muy relacionado con mi experiencia profesional, es una experiencia muy dura pero muy motivadora”. En un principio tuvo que compatibilizar el estudio con su trabajo, pero más adelante, cuando vio que había pasado las pruebas más difíciles decidió centrarse para aprobar. Posteriormente, pensó que debía implicarse en ayudar a otros compañeros a superar las pruebas y lo hizo con Miguel y Alba en colaboración con el Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Castilla y León y Cantabria.
Miguel Fisac tiene 38 años, es natural de Valladolid y escogió la profesión de ingeniero agrónomo por el gran abanico de posibilidades que tiene, a la ciudad de Palencia por su buena comunicación y servicios y a la Escuela por el ambiente y la buena calidad de enseñanza. Hoy en día, sus mejores amigos son los que los conoció estudiando en Palencia. Finalizó sus estudio superiores en 2006 y después se licenció en Enología en Burdeos (2008) y trabajó en el mundo del vino: en varios Châteux de Saint Emilion y Sauternes, como director técnico de explotación en Château Olivier, como asistente del grupo Codorniu-Raventos en Napa Valley (California) y también fue junior winemaker en Bouchard Finlayson (Sudafrica). Después regresó a España y desde 2019 forma parte del cuerpo Superior de Ingenieros Agrónomos del Estado, siendo Técnico Superior de Inspección en la Gerencia de Catastro de Islas Baleares y compatibilizando sus funciones con la de consultor de bodegas y preparador de oposiciones.
Para Miguel las oposiciones del Estado tienen un componente sentimental y de prestigio puesto que sus destinos abarcan toda la geografía española y sobre todo la posibilidad del contacto directo con Bruselas. Miguel afirma que “la constancia es la base del éxito” y que al terminar hay que buscar las puertas que te va abriendo la vida, bien en el extranjero o bien en un puesto de la empresa privada porque “ahí se crece y aprende mucho, y sobre todo a valorar después el trabajo de la administración, a cuidarlo y ser un buen funcionario”.
La historia de Blanca es también ejemplar. Nació en Peñafiel y tiene 25 años. Ella quería estudiar el Grado en Ingeniería de las Industrias Agrarias y Alimentarias y destaca de la Escuela el trato personalizado, el buen ambiente, los grupos pequeños de estudiantes y las posibilidades de investigación y prácticas. “Venir a estudiar a Palencia ha sido sin lugar a duda una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida”, nos explica. Además, la ciudad es muy cómoda y económica y destaca el buen carácter de las gentes de la capital.
Blanca terminó el grado y se decidió por el máster de Ingeniería Agronómica. Además, tenía claro que quería preparar unas oposiciones. Así, terminó sus estudios en 2019 y aprobó las oposiciones a la primera y con el primer puesto. Cuando la preguntamos por su motivación, nos comenta que prefiere la estabilidad de un cuerpo de la administración donde puede aportar su granito de arena a los demás y las posibilidades de seguir aprendiendo en diferentes ámbitos. Además, indica Blanca, “este cuerpo de ingenieros te ofrece la posibilidad de moverte por el territorio nacional, pero también tiene puestos en embajadas, ante la UE, OCDE, FAO… Es una apuesta muy sacrificada y exigente en horas y esfuerzo, pero con un buen apoyo en la preparación y una formación previa buena es posible”.
Blanca aconseja a sus compañeros que sigan formándose en un campo que les guste y amplíen conocimientos y si pueden, que no se limiten a buscar un trabajo en su zona porque es una profesión muy abierta y existen muchas posibilidades: tu propia empresa, una empresa privada, distintas administraciones, impartir docencia, el ejercicio libre de la profesión, seguir formándose con un doctorado y becas de investigación o formación nacionales e internacionales. Además, en estos momentos concretos de pandemia y crisis, el sector agroalimentario ha demostrado su fortaleza y su carácter estratégico para el país. A la pregunta de qué hubieras hecho si no hubieras aprobado, Blanca no duda: “descansar unas semanas para retomar energías y descansar para continuar estudiando”.
Daniel nació en Madrid tiene 26 años y tiene estirpe de agrónomo. Eligió la Escuela por tradición familiar y por la completa oferta que incluye tanto el grado como el máster habilitante. Valora también la tradición e importancia de la ETSIIAA (próximamente se celebrarán los 50 años de su creación). Además, nos dice “Palencia como ciudad tiene unas características propias que la hacen muy aconsejable para venir a vivir sobre todo compartiendo piso, como en mi caso, con otros tres buenos amigos”.
Daniel finalizó el Máster de Ingeniero Agrónomo en 2018 y sus primeros momentos fueron de liberación y posteriormente de nerviosismo para decidir qué pasos seguiría. En un primer momento pensó en preparar las oposiciones del Cuerpo de Agrónomos de la Junta de Castilla y León, pero decidió cambiar a las oposiciones del Estado puesto que el Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Castilla y León y Cantabria ofertaba el curso de preparación. Paralelamente, continuó haciendo cursos relacionados con su profesión, así como estudiando inglés y alemán. Para Daniel pesó mucho en su elección la estabilidad laboral, la concordancia con sus estudios y la seguridad con que se convocan estas plazas anualmente. Su día a día fue bastante duro ya que según nos cuenta “hay que saber mentalizarse para que todo llegue a buen fin”. En su opinión, “se debe dedicar un tiempo muy importante a la preparación, y eso significa mucho sacrificio y tener claro, que se trata de una carrera de fondo. Hay que buscar, ser constante y evitar quemarse demasiado pronto.” La constancia te hace más fuerte y por eso Daniel aconseja a sus compañeros que traten de ir un paso más allá, si su situación personal lo permite, porque la oposición también es una muy buena salida laboral. En el caso de no haberla sacado hubiera tratado de descansar y reflexionar si realmente estaba a su alcance y volver a intentarlo si así lo fuese.