En la Denominación de Vinos de Uclés (www.vinosdeucles.com) esta vendimia se ha implementado todo un sistema de investigación, innovación y desarrollo con el objetivo de demostrar que en la industria vitivinícola la captura de gases de efecto invernadero, su fijación en biomasa de algas autóctonas y la posterior aplicación en viñedo como fuente de nutrientes vegetales y sumidero de carbono en los suelos es posible, además de buscar una metodología que ayude a reducir las emisiones y la Huella de Carbono en el sector vitivinícola.
Como ha contado Carlos Rad (Universidad de Burgos) y Jorge Miñón (ETSIIAA de la Universidad de Valladolid), responsables del proyecto, un digestor extraerá los nutrientes de los materiales de deshecho, como fósforo o nitrógeno, que luego se empleará en la plantación de algas en piscinas ubicadas junto a las bodegas. «La idea es que esas algas se apliquen como fertilizantes en los viñedos de la comarca», concluye el profesor.
Hasta el momento se habían utilizado las algas para la generación de biodiésel pero nunca como fertilizantes en el campo a raíz de deshechos del proceso de producción de vino. Y eso es lo que llamó la atención de la Unión Europea para financiar con un millón doscientos mil euros este trabajo, un proyecto puesto en marcha por la Universidad de Burgos, la Universidad de Valladolid, el Centro Tecnológico Nacional Agroalimentario de Extremadura y la Denominación de Origen Vinos de Uclés, y la empresa Kepler Ingeniería y Ecogestion.
Además de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, el proyecto LIFE+ Integral Carbon persigue mejorar la calidad de los suelos de cultivos de viñas gracias al desarrollo de un fertilizante basado en unas algas autóctonas del propio suelo de viñedos. Las algas se están nutriendo de residuos generados durante el periodo de vendimia. Cuando tengamos un volumen considerable estas algas se procesarán en un biomejorante que se aplicará en un campo de ensayo de 40 hectáreas.
Durante los meses de junio y julio se ha seleccionado y monitorizado el viñedo donde se va a llevar a cabo el estudio, se ha hecho un estudio exhaustivo de los suelos antes de ningún tratamiento y se volverá a realizar durante y después de su aplicación para poder tener unos resultados contrastados que justifiquen todo el trabajo.
El residuo de la vendimia como es el raspón está siendo almacenado y compactado en un silo y será utilizado para producir energía, como es el biogás. En este proceso de obtención de energía se generan residuos líquidos con un buen contenido en nutrientes que son utilizados para el crecimiento de las algas. También en esta trasformación del biogás a energía, los gases generados son introducidos a las algas para que los fijen y reducir al máximo las emisiones de gases de efecto invernadero.
Por otro lado, durante su periodo de crecimiento, las algas consumen CO2, un gas que contribuye al cambio climático ya que favorece el efecto invernadero. Además de eso, el raspón se almacenará junto con gallinaza en un digestor anaerobio, del cual saldrá biogas gracias al cual se podrá generar electricidad.
Así pues, el proyecto LIFE+ Integral Carbon permitirá el desarrollo de viñedos de mayor calidad a través de un proceso tanto ecológicamente como económicamente muy favorable para el sector, evaluará las emisiones y residuos de la actividad, desarrollará prototipos industriales y transportables de pretratamiento de residuos y cultivo de algas y monitorizará el impacto de las acciones del proyecto. A comienzos del 2016 este mismo prototipo se trasladará a la industria láctea de la Comarca de La Vera en Cáceres.
Más información en http://www.integralcarbon.eu/