La Cátedra de Micología de la Universidad de Valladolid, auspiciada por la Diputación de Palencia y dirigida por el profesor de la ETSIIAA Juan Andrés Oria de Rueda Salgueiro, ha concluido, a través de varios estudios, que la utilización del llamado «carbón neutro», energía generada por la biomasa forestal, no solo es más barata que el uso de combustibles fósiles, sino que resulta mucho más apropiada desde un punto de vista medioambiental y social. Sus estudios han demostrado que la gestión forestal es positiva para el aumento y la conservación de hongos comestibles y trufas, pero también para la protección de los bosques y de su biodiversidad de flora y fauna, ha asegurado en un comunicado el director de la Cátedra.
«Habíamos comprobado que la roza discontinua de matorrales que se hace para prevenir incendios forestales favorecía a numerosas especies de plantas y de animales», ha asegurado el experto. Pero además, si se aprovechan racionalmente los residuos generados, se consigue evitar la quema de combustibles fósiles, que resulta perjudicial para el medio ambiente y el clima global, ha añadido. Además, se ha comprobado que en los años secos muchos matorrales de zonas montañosas mueren dejando un hábitat de muy escaso valor para la flora y la fauna que además supone un alarmante peligro de incendio forestal.
Frente a esta situación, han asegurado que una correcta gestión de los matorrales puede mejorar los valores ambientales y favorecer a la fauna silvestre y a la flora, incluidas muchas plantas protegidas y escasas. «Hemos comprobado como numerosas orquídeas se veían claramente favorecidas en los parajes en los que se habían realizado claras del arbolado muy denso o donde se había desbrozado correctamente el matorral seco con vistas a la producción de pellets y astillas para calefacciones», ha asegurado el director de la Cátedra de Micología.
Si bien, ha puntualizado que es necesario establecer un tratamiento y una gestión adecuada en cada monte y que no vale cualquier corta y roza de vegetación para mejorar los valores de conservación del suelo y la biodiversidad. «Hacerlo de forma descabellada o irracional perjudicaría notablemente a la naturaleza», ha asegurado. En cualquier caso ha insistido en que en los montes en los que se realizan tareas apropiadas de aprovechamiento de la biomasa, se mantienen zonas abiertas intercaladas con otras densas de refugio, muy buscadas por animales como el conejo, la liebre y la perdiz roja, que a su vez sirven de alimento a especies tan amenazadas como el águila imperial ibérica.
Con esta gestión se facilita además el control de la población excesiva de jabalí, que rehúye las áreas aclaradas donde resulta mucho más visible. Además aclarando el monte excesivamente tupido se facilita la recuperación de la producción de trufas y se evita la anormal proliferación de los jabalíes que acaban con este apreciado hongo subterráneo, ha concluido.
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