Un proyecto, coordinado por el profesor de la Escuela de Ingenierías Agrarias de Palencia Joaquín Navarro Hevia, está reconstruyendo el proceso experimentado en la zona de los alrededores de la localidad palentina de Saldaña en los últimos ochenta años, gracias a un programa de control de erosión y de recuperación del bosque que ha desarrollado en varias fases, desde 1928, la Confederación Hidrográfica del Duero.
El trabajo reconstruye la evolución de los alrededores de Saldaña, que ha pasado de ser un desierto a convertirse casi en un 90 por ciento en espacio forestal en ochenta años.
“El cambio ha sido espectacular –explica Joaquín Navarro-, y está considerado como uno de las proyectos más destacados emprendidos en España en la recuperación de espacios degradados y con un gran problema de desertificación”. De hecho, es, junto al de la localidad abulense de Tortoles, una de las “joyas” de restauración hidrológico-forestal de Castilla y León. Precisamente, en este estudio, desarrollado en colaboración con el profesor Jorge Mongil Manso de la Universidad Católica de Ávila, se compara el proceso de evolución en ambas localidades, aunque el de Tortoles es más reciente y abarca un periodo de cincuenta años.
Es la primera vez que se hace un análisis de estas características referente a la metamorfosis experimentada desde 1928, en la primera fase, y en 1930, en la segunda, cuando se iniciaron los primeros proyectos de recuperación en la zona de Saldaña, en donde tan sólo existía entonces un 5 por ciento de su superficie con vegetación herbácea y predominaban fuertes procesos erosivos, mientras que tras estos 80 años se puede hablar de un 86 por ciento de superficie reforestada, ocupada por un bosque de pino silvestre, y el control absoluto de la erosión.
En el proyecto de recuperación, dirigido por el entonces ingeniero de Montes José María Ayerbe, se emplearon en la zona más de 300 diques de gaviones y 3000 plantas por hectárea para combatir los procesos erosivos, la generación de caudales punta y frenar el proceso desertificación.
El estudio que desarrolla el profesor responsable de Hidrología y Restauración de Áreas Degradadas en la Escuela de Agrarias desde hace cinco años, en colaboración de un grupo de becarios de máster y de doctorado de la Unidad de Hidráulica e Hidrología del Departamento de Ingeniería Agrícola y Forestal, tiene como fuente de origen un documental de los años 30 en donde se ve cómo se inició este proceso de restauración, así como otros documentos históricos, imágenes aéreas y fotos que dan idea de la situación en la que se encontraba esta localidad palentina y cómo ha ido evolucionando.
En dicha época, las laderas que bordeaban la localidad estaban totalmente erosionadas, constituyendo un paisaje de badlands (tierras malas) sin prácticamente vegetación. Esta situación, en la que la erosión y los súbitos caudales provocaban importantes daños a la población de Saldaña y, aguas abajo, en la red de regadíos, causaba inundaciones, contaminación de las aguas del río Carrión, desprendimientos que afectaban a las vías de comunicación, entre otras consecuencias. La recuperación del bosque ha sido desde entonces espectacular, ya que han desaparecido todos estos problemas “lo que puede ser un modelo a seguir en un país como España con un gran problema de erosión desertificación”, añade Joaquín Navarro.
Es la primera vez que se hace un análisis de estas características referente a la metamorfosis experimentada desde 1928, en la primera fase, y en 1930, en la segunda, cuando se iniciaron los primeros proyectos de recuperación en la zona de Saldaña, en donde tan sólo existía entonces un 5 por ciento de su superficie con vegetación herbácea y predominaban fuertes procesos erosivos, mientras que tras estos 80 años se puede hablar de un 86 por ciento de superficie reforestada, ocupada por un bosque de pino silvestre, y el control absoluto de la erosión.
En el proyecto de recuperación, dirigido por el entonces ingeniero de Montes José María Ayerbe, se emplearon en la zona más de 300 diques de gaviones y 3000 plantas por hectárea para combatir los procesos erosivos, la generación de caudales punta y frenar el proceso desertificación.
El estudio que desarrolla el profesor responsable de Hidrología y Restauración de Áreas Degradadas en la Escuela de Agrarias desde hace cinco años, en colaboración de un grupo de becarios de máster y de doctorado de la Unidad de Hidráulica e Hidrología del Departamento de Ingeniería Agrícola y Forestal, tiene como fuente de origen un documental de los años 30 en donde se ve cómo se inició este proceso de restauración, así como otros documentos históricos, imágenes aéreas y fotos que dan idea de la situación en la que se encontraba esta localidad palentina y cómo ha ido evolucionando.
En dicha época, las laderas que bordeaban la localidad estaban totalmente erosionadas, constituyendo un paisaje de badlands (tierras malas) sin prácticamente vegetación. Esta situación, en la que la erosión y los súbitos caudales provocaban importantes daños a la población de Saldaña y, aguas abajo, en la red de regadíos, causaba inundaciones, contaminación de las aguas del río Carrión, desprendimientos que afectaban a las vías de comunicación, entre otras consecuencias. La recuperación del bosque ha sido desde entonces espectacular, ya que han desaparecido todos estos problemas “lo que puede ser un modelo a seguir en un país como España con un gran problema de erosión desertificación”, añade Joaquín Navarro.